Allpamamas: moda sostenible que apoya los emprendimientos de personas refugiadas.

 

 

 

Ecuador es el país que ha reconocido a la mayor cantidad de personas refugiadas en toda Latinoamérica. Pero reconocerlos no es el único paso, también es clave integrarlos a la sociedad y permitir que puedan trabajar, estudiar y tener una vida digna al igual que los ecuatorianos. El confinamiento y la pandemia del covid-19, sin embargo, hizo mucho más difícil que puedan ejercer a esos derechos.

 

En el último año y medio muchas personas refugiadas y migrantes perdieron sus empleos, lo que empeoró sus condiciones de vida. Fue esta situación la que motivó al equipo de Allpamamas —un proyecto de moda sostenible basado en la colaboración intercultural a través de experiencias compartidas— a apoyar a personas migrantes y refugiadas.

 

María Puente Silva, directora creativa y fundadora de Allpamamas, dice que su objetivo es ayudar a que puedan crear productos atractivos para el mercado y apoyarlos para encontrar un espacio en el mercado para sus productos. Esto para que puedan convertirse en proyectos independientes.

 

Hasta el momento, Allpamamas ha apoyado a dos emprendimientos, cada uno está conformado por seis personas refugiadas de Colombia, Venezuela y Cuba.

Para localizar a estas personas, Puente Silva se contactó con Acnur —la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados— que les facilitó una lista de nombres de personas refugiadas. Con ella seleccionaron a los candidatos con habilidades más cercanas a los proyectos. Por ejemplo, para el emprendimiento de los muñecos de tela “Mi Amigo Fiel” se fijaron en si las personas tenían conocimientos sobre confección, costura o corte. Luego de convocar a los seleccionados, Allpamamas inició las capacitaciones que incluyeron corte y confección para la sostenibilidad, técnicas artesanales y pricing —donde les enseñan cómo fijar los precios a los que venderán para sus productos.

 

Luego de los talleres, Acnur les entregó las máquinas y herramientas necesarias para que puedan fabricar sus productos, pero no se las regaló sino que eventualmente, cuando empiecen a generar ingresos, deben pagarlas mes a mes. Aunque Allpamamas no comercializa directamente lo que los dos emprendimientos fabrican, María Puente Silva dice que les ayuda a buscar mercado en Ecuador y en el extranjero para que vendan su producto.

 

“La idea es dar apoyo pero que, de alguna manera, los proyectos que se formen sean independientes, que ellos tengan la autonomía de autogestionarse y de crear, como nosotros hacemos con nuestro propio emprendimiento”, dice.

 

El primer emprendimiento que nació en esta iniciativa de Allpamamas está en Quito y consiste en la creación de un muñeco didáctico para niños y niñas, llamado Mi Amigo Fiel. Hadid Vargas Restrepo, directora de producción de Allpamamas y de los emprendimientos con refugiados, explica que fue pensado para que los más pequeños puedan expresar sus emociones. El muñeco que es de tela y trapo y fue creado con la asesoría de pedagogos y emplea la metodología Montessori: permite que los niños y niñas de 6 a 12 años borden en el rostro del muñeco expresiones de alegría, enojo, tristeza o su estado de ánimo de ese momento. El muñeco incluye una tela que hace las veces de piel —está compuesta por retazos de diferentes colores y de alguna manera le dan personalidad al muñeco. También viene con un conjunto de vestir y una mochila donde está el kit de coser con agujas y tijeras de punta redonda, hilos de varios colores y  un manual con instrucciones para armar el muñeco. Todo el material fue diseñado para que niños y niñas puedan jugar con ellos de manera segura. Los muñecos fueron confeccionados con técnicas que impiden que se rompan o deshilachen fácilmente.

 

Un segundo proyecto está en la ciudad costera de Manta, en la provincia de Manabí. Este emprendimiento se dedica a confeccionar cojines, pero Vargas dice que tienen pensado crear más artículos para el hogar.

 

Iliana Aranda es una mujer cubana de 30 años y desde noviembre de 2020 forma parte del emprendimiento Mi Amigo Fiel. Iliana está encargada de la logística de producción de los materiales: le da el sello de calidad a los muñecos y comprueba que las terminaciones del producto estén perfectas para luego empacarlos y asegurar un producto de calidad. Aranda dice que para ella, el emprendimiento “fue una luz al final del túnel” porque en medio de esta situación económica, provocada por la pandemia, es una gran oportunidad.

 

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Hace ocho meses Allpamamas decidió apostar por los emprendimientos de migrantes y refugiados. Y hace menos de un mes se lanzó al mercado el muñeco Mi Amigo Fiel. Hasta el momento, han logrado vender cerca de 560 muñecos; la primera compra la hizo la organización Respiramos Inclusión, y los interesados en comprar el muñeco pueden hacerlo a través de las redes sociales de Allpamamas.

 

Hasta 2020, en Ecuador había cerca de 70 mil personas refugiadas. Según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), más del 95% de ellas son de nacionalidad colombiana. Además, hay 25.025 solicitantes de la condición de refugiado que se encuentran a la espera de una decisión del gobierno ecuatoriano. A eso, hay que sumar que hay más de 430 mil personas entre refugiados y migrantes de Venezuela.

 

Iniciativas como la de Allpamamas no solo crean nuevos espacios de trabajo sino que logran que migrantes y refugiados puedan tener un sueldo mensual, que les permita sobrevivir. María Puente Silva se alegra cuando cuenta que Allpamamas es un equipo de personas de otros países como Colombia, Venezuela y España. Por lo que les es más fácil entender el contexto en el que viven las personas migrantes y lo que pueden sentir al estar fuera de su país. Es por eso que quieren seguir trabajando en crear estos micro emprendimientos con migrantes y refugiados para que cuenten con las mismas oportunidades que las personas ecuatorianas o que viven por varios años en el país.

 

Hadid Vargas reconoce que cuando llegó sola a Ecuador hace quince años desde Colombia, le costó adaptarse y conseguir trabajo, y celebra iniciativas como la de Allapamamas. Vargas dice que la idea es seguir adelante con estos proyectos para “poder ayudar a más y más gente porque en verdad que hay tanta gente que necesita y no hay quien les apoye”.

 

Apostar por las habilidades y el trabajo de los migrantes es una tarea que concierne a todos. En el caso de Allpamamas, esta iniciativa les trajo aprendizajes como saber que los migrantes son personas con múltiples habilidades y talentos. Además, de impulsar y apostar por micro empresas.